«La neuroarquitectura escolar intenta entender como el espacio afecta al cerebro y en consecuencia, al estado emocional y al comportamiento», tal como indica la BBC en el artículo «Qué es la neuroarquitectura y cómo puede ayudarnos a combatir el estrés y ser más creativos».

Cada vez somos más conscientes del efecto directo que tienen los entornos en nuestro bienestar. Los espacios educativos bien diseñados están pensados para fomentar la creatividad, la concentración y la motivación de los niños y niñas en el centro, pero también del personal docente.

En este artículo hablamos de la fusión entre la neurociencia y la arquitectura, que juntas construyen la que ya conocemos como neuroarquitectura.

Qué es la neuroarquitectura escolar

La neurociencia como tal es una ciencia que estudia el movimiento de las redes neuronales. Se trata de un estudio sobre cómo se desarrolla el sistema nervioso. Pues, en consecuencia, la neuroarquitectura es una herramienta de diseño que estudia la relación que se crea entre los estímulos y el entorno percibido.

Como seres vivos, cada vez que estamos en un espacio reaccionamos a este. El entorno influye directamente en nuestras emociones, nuestros comportamientos y nuestro progreso cognitivo. Nuestros sentidos se activan y, por lo tanto, se genera una experiencia sensorial, que afecta claramente a la atención y a la concentración. Por eso es tan importante analizar un espacio antes y a la hora de diseñarlo, porque si se hace bien, afecta directamente sobre la salud y el bienestar de las personas.

Para contar con entornos escolares que sigan los cimientos de la neuroarquitectura, hay que seguir diferentes parámetros. A continuación te citamos los más generales que consideramos esenciales, puesto que son comunes para muchas personas y muchos entornos diferentes.

Diseño Efebé de entornos escolares de Espacios FluAp.

¿Cómo la conseguimos?

Para obtener entornos escolares eficientes, que velen por el bienestar de los niños y niñas y del personal docente, hay que seguir los cimientos de la neuroarquitectura a la hora de diseñar espacios. Aquí te planteamos algunos:

• La conexión entre los niños y niñas y la naturaleza ayuda a la concentración y crear más conciencia del medio ambiente que los rodea. Desde hace un tiempo es tendencia el diseño biofílico.
• Los techos altos ayudan a mantener un estado de ánimo calmado y dejan respirar, evitando generar un entorno pesado.
• El uso de unos colores u otros tiene efectos diferentes en el estado de ánimo de las personas. Así pues, se aconseja escoger colores que ayuden a generar una atmósfera tranquila. Tonos pastel, por ejemplo. Si utilizamos colores muy potentes el que obtendremos es que se alboroten.
• Es recomendable un entorno con luz natural y, incluso, en orden al exterior siempre que sea posible. Y cuando haga falta iluminación artificial, escoger la adecuada porque se puedan concentrar, sin que sea molesta.
• Los espacios ordenados duran muy poco a los entornos educativos. Aun así, es recomendable enseñarlos a guardar los objetos y juguetes que dejan de usar. Contar con muebles de almacenamiento ayuda a mantener entornos muy organizados.
• Para fomentar su desarrollo cognitivo, se pueden incluir diferentes texturas a través de pufs o elementos diversos. Así, experimentan con su imaginación y creatividad.
• El ruido es un aspecto muy habitual en los centros educativos. Los niños y niñas se retroalimentan entre ellos y se genera mucho ruido. Es esencial incorporar elementos fonoabsorbents que ayuden a reducir la reverberación acústica que tanto puede molestar a alumno y profesores/se.

¿Qué mobiliario sería ideal para estos entornos?